Una trampa mortal

Me puse a escribir esta entrada hace una semana, y empezaba diciendo "Odio a Jorge Manrique y a cada una de sus coplas". Dudo mucho que ahora mismo siga odiándolo, aún así, no tengo el más mínimo interés en volver a ver (mucho menos leer) ninguna de las coplas. Y esto me hace preguntarme lo mismo que hace una semana cuando empecé a escribirlo. ¿Es necesario esto? Que acabemos odiando una obra, o a un autor, sólo porque alguien que en teoría debería enseñarte a apreciar estas cosas haya decidido machacarte con ello.

Y no es que hayamos estado un mes, o mes y medio todo el día con las coplas, más bien al contrario un mes viendo un poco de todo así por encima, y de repente zas! un examen que bien podría llamarse trampa. En una hora y veinte, contestar a tres preguntas de teoría y hacer el comentario de texto de dos coplas y un romance, cuando ni siquiera se puede decir que te hayan explicado como hacer un comentario de texto. Pero eso no es todo, no; la trampa mortal viene después, dentro del comentario. El sentido, del poema se entiende, y esto... esto es una trampa, es como cuando un profesor de ética o historia te dice "tranquilo, no se tiene en cuenta lo que pienses, sólo si está bien argumentado" Mentira, ninguna argumentación es buena si quién corrige no quiere que sea buena, y algo parecido pasa con el sentido, para dos personas distintas un poema puede significar dos cosas muy diferentes, así pues ¿cómo vas a escribir sobre lo que el autor quiso decir con sus versos? Sí, claro, puedes hacerlo, pero sigue siendo una trampa, y si el profesor quiere pillarte, lo hará.

En fin, que ya está, una semana para escribir esto...

Vamos a por la próxima trampa...