Un algo, un problemilla y un problema

Un día todo va bastante bien, y al siguiente pasa algo; tu no sabes si es bueno o malo, no preguntas, esperas, y poco a poco la sensación de que ese algo es malo se va incrementando... Te decides a hacer algo, pero lo haces por el método equivocado. Te enteras de que el algo no era nada malo, simplemente una tontería, pero a razón de tú 'solución' has creado un problemilla, uno de verdad; no sabes que hacer podrías intentar solucionarlo, pero con esto te expones a empeorarlo todo; también puedes esperar a ver si todo se calma y vuelve a la normalidad.
Eliges la solución cobarde, la segunda, esperar... Un día te pones a pensar, que el problema ha caído en el olvido, pero probablemente, en cuanto tú vuelvas a aparecer en escena, ese algo vuelva a la memoria de todos. ¿Qué hacer entonces? Solucionar el problema se ha vuelto más difícil todavía, ahora tendrías que justificar todo ese tiempo que has estado sin solucionarlo, sin embargo dejarlo correr puede agravarlo aún más, o puede que lo haga caer en el olvido para siempre...
Vuelves a darle vueltas sin parar a tu cabeza... Decides algo, esta vez definitivo, no volverás a elegir la opción cobarde, lo solucionarás, y lo harás ahora. Si tienes que perder algo mejor hacerlo ya; posponer lo inevitable nunca es una buena idea, acabas comiéndote el coco durante la prórroga que tú mismo te has dado.
Ahí vas, quizá no muy convencido, pero vas, de una vez por todas te enfrentarás a tus problemas. Si sale bien, todo solucionado; si no sale bien, tendrás unos malos días y volverás a empezar...

Pregunta del día: ¿Por qué todo es tan complicado?
Posible respuesta: si las cosas siempre fueran bien, la vida no tendría sentido, simplemente esperaríamos a que todo acabase (no sé si la frase es mía, creo que la leí o la escuché en la tele, que me perdone el autor en tal caso)

PD: acabo de descubrir que puedo poner el comecocos :))) Un pequeño paso para mí, un gran paso para el blog XD.

Primera entrada XP XP

... y entonces te terminas de quitar el calcetín izquierdo y te metes dentro. Escuchas el rumor del agua y sientes el fresquito en los pies. Comienzas a notar el agua deslizandose a tu alrededor, te relajas, al fin y al cabo no está tan fría... Sigues allí, nadie te molesta, prácticamente sólo estais tú, el agua... y el calcetín junto a la demás ropa esperando fuera; entonces sales un momentito de tu relajación, miras hacia abajo, y lo ves... Te agachas para cogerlo, lo agarras... Y entonces es cuando ocurre todo: te lo acercas a los labios y aprovechando que con el rumor del agua no se oye nada desde fuera ... empiezas a cantar la primera canción que se te viene a la cabeza con el bote de champú a modo de micrófono. En esos momentos te da igual la canción, si es antigua o moderna, si es de un anuncio o de la ópera de Viena, si es rap, reagge o jota aragonesa... En ese momento sois tres: tú, el agua y tu canción...

Pregunta del día: ¿Por qué siempre nos da por cantar en la ducha?





Bueno, si alguien lo lee espero que le haya gustado.(Esto son las consecuencias de tener demasiado tiempo libre y un ordenador encima de la mesa...). Y aquí os dejo mi primera aportación. Un besito...