sábado, 26 de septiembre de 2009

¿Y por qué?

¿A quién no le han entrado ganas, alguna vez, de tocar las narices con una sucesión inacabable de porqués? Esto viene siendo algo así:
-Son las 7 y media. Levántate ya.
-¿Por qué?
-Porque tienes que ir a clase.
-¿Por qué?
-Porque sí.
-¿Y por qué sí?
-Porque tienes que estudiar.
-¿Por qué?
- ...
La conversación puede prolongarse hasta el infinito o acabar de golpe con un ''Porque sí y punto'' del que sabes que no vas a sacar nada más. O puede aparecer esa gran frase, que viene en el manual de instrucciones que todas las madres tienen: ''Ya vale, que la edad de los porqués son los cinco dos años''
Pues no, no estoy de acuerdo, no termina a los cinco dos años, sigue habiendo muchos porqués. Y podría hablar de las preguntas filosóficas que todos nos hacemos de vez en cuando, pero no, no me refiero a eso, lo que se me ocurren son dudas sin respuesta, sobre cosas de cada día, sobre mí misma incluso, costumbres o curiosidades que no tienen explicación.
¿Por qué haga lo que haga siempre llego tarde? ¿Por qué siempre tengo la impresión de que alguien que está en la misma habitación que yo puede leerme el pensamiento? ¿Por qué si aun no hace una semana que me compré los auriculares ya he perdido una de las almohadillas? ¿Por qué no cogí tecnología industrial? ¿¿Por qué en mi clase no habla NADIE?? ¿Por qué siempre me toca corregir el ejercicio que no he hecho/he copiado mal? ¿Por qué no he comprado todavía ese libro que dije que compraría hace un año? ¿Por qué siempre empiezo historias y no las acabo? ¿Por qué no puedo evitar sonreír al recordar?...
Pues eso...que no tengo cinco dos años.

=)

martes, 15 de septiembre de 2009

Pasaron los 15

Pasaron los 15 ¿Los aproveché? Ha habido cosas que quería y no he hecho, unas porque no me han dejado, otras porque llegado el momento no me sentía preparada. Algunas todavía puedo hacerlas, claro, y con el tiempo las haré, pero otras son ya imposibles.
¿No los he disfrutado entonces?...Espera... mis 15 empezaron un día que curiosamente empezaba el curso (nada de clases, sólo presentación) Hubo de todo, una llamada inesperada, una canción sorpresa, un regalito brillante, reencuentros, una clase que en principio era un horror, unas risas en el Standarte y un montón de cosas más propias de los cumpleaños...



Y siguió pasando el tiempo, y resultó que mi clase no era tan horror, que había una loca peligrosa a mi lado, pero que las dos nos reíamos cosa mal al estar juntas. Y mis niñas, que seguían allí.
Llegaron los cumples, uno con una paella envenenada por la sal de un bote sospechoso y unos troncos que cortar. Otro con magdalenas de chocolate y un partido de fútbol en tacones... y en todos me reí como nunca.
Y llegó el final de curso, con algún que otro disgusto, y las prisas, y el estrés... y por fin la libertad, con las partidas de cartas en el césped, las piscinas abiertas y las botellas de trina robadas.
Y el verano, con el pueblo y... con el pueblo.
Así que... puede que los 15 no hayan sido tan malos =)
Voy a por los 16!!!

jueves, 10 de septiembre de 2009

A un día de...

Quiero volver a dibujar. Quiero estar con los de siempre y quiero conocer gente nueva. Quiero bailar una coreo decente. Y quiero leer todos esos libros que todavía tengo pendientes. Quiero aprender ruso, y finés. Quiero bañarme en el Báltico en febrero. Y quiero volver a tumbarme a la sombra de una chopera. Quiero escuchar toda esa música que aun no he descubierto. Y quiero robar ese bajo y aprender a tocarlo. Quiero ganar una partida al Chess Titans. Quiero discutir con todos aquellos filósofos a los que aún no he leído. Quiero volar. Quiero vivir, y gritar, y quiero hacer todo lo que dice Amaral en su canción. Y quiero volver a ver esa peli en la calle. Y quiero tumbarme en la terraza a ver las estrellas...


Pero se acabó lo bueno...


... empieza el curso.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Descubrimientos y recuerdos veraniegos


El olor fresquito del verano


La piscifactoria


Un poleísta oculto


La nostalgia


Dos pequeños naufragos


Historias de terror


Pasados ocultos


La tempestad y la calma




...

jueves, 3 de septiembre de 2009

Distinciones y sueños

Hace un tiempo, un día, cuando estaba a punto de caer dormida pasaron por mi mente los hatunes y lo importantes que han sido y son para mí. En ese momento, y en mi situación a medio camino entre el sueño y la realidad, se me pasó por la cabeza que quizá Hatunia fuera sólo eso, un sueño, y en aquel momento temí despertar, me angustiaba pensar que todo podía desvanecerse con sólo abrir los ojos...
Después de esta experiencia me he dado cuenta de que muchas veces pienso en vosotros como algo fuera de mi vida real. Esto es difícil de explicar; cuando me cambié de casa todo era un follón, de un sitio a otro con millones de trastos. Para mí, mi casa seguía siendo la de siempre, pero necesitaba una manera para llamar a la nueva. Este lío que me llevaba yo para referirme a ambos lugares al mismo tiempo hizo que de manera incosciente empezase a referirme a mi antigua casa como "la casa de Teruel"; obviamente, la nueva sigue estando en la misma ciudad, pero al final todos me compraron la distinción entre "la casa de Teruel" y "casa" a secas.
Lo que intento explicar con semejante parrafada (puede que haya sido peor el remedio que la enfermedad) es que muchas veces, aunque soy consciente de que sois reales, no puedo evitar referirme a mis amigos, mi familia, y todo aquello con lo que tengo contacto sin necesidad de un ordenador como "mi vida real". Y claro, volvemos al principio: entonces, ¿Hatunia qué es?¿un sueño?...
En fin, suerte que la distinción sólo la tengo que hacer delante de mí misma al pensar (cosa que hago más a menudo de lo que algunos piensan) y así nadie me pregunta, como en el caso de la mudanza "la casa de Teruel, ¿y ésta dónde está?"

Y por qué escribo todo esto entonces? pues porque al router le cortaron el suministro y murió de hambre, y yo me aburría y la libreta estaba sobre la mesa. Había dos opciones, contar esto o sacar el cabreo que llevo desde la cena, pero lo he pensado bien, y he decidido que mejor el cabreo me lo guardo para "mi vida real".