miércoles, 26 de octubre de 2011

La importancia de importar

La primera vez que vi la tristeza en sus ojos no pude sino quedarme callada. Fue por aquel amigo con el que compartió un sueño y seguramente muchas otras cosas en su juventud, y al que poco después ese mismo sueño se llevó para siempre de la manera más tonta. Pude ver la pena en su mirada y noté como las palabras se agolpaban en un nudo en su garganta que no dejó pasar nada más que un "ya ves..." venido desde lo más profundo de la nostalgia.
Tuve miedo de que aquel pilar inamovible que lo había aguantado todo con firmeza, sin una sola grieta ni el más mínimo temblor, pudiese también quebrarse con según que golpes certeros.
La última vez que vi esa expresión, era yo la que había dado el golpe, y en lugar de devolverlo él lo encajó, aguantando todos aquellas cuchilladas húmedas de lágrimas que le lanzaba, intentando aparentar la misma solidez de siempre, pero con esa mirada que hace poco comprendí, es la que se te pone al saber que le has fallado a alguien que te importa.

lunes, 17 de octubre de 2011

Ilusiones, pellizcos y extremos opuestos

__Mi vida nunca ha sido demasiado interesante. Supongo que podría darse el caso de que a alguien se lo pareciese, pero sería la excepción. Una ciudad pequeña, pocas aventuras, pocas sorpresas... Nunca me ha pasado nada extremadamente malo pero tampoco extremadamente bueno, o quizás sí pero con el tiempo le he quitado importancia. Nunca casualidades o bromas del destino que merezca la pena recordar. Mis grandes aventuras, vivencias de ensueño, siempre fueron eso, fantasía, pura imaginación, ilusiones.
__Por eso me pellizco. Cada vez que una de esas cosas que jamás me pasarían a mí o que son de película me sorprende. Por eso rompí a reír mientras el jodido Murphy se burlaba de mí montado en un tren, o dos, o tres. Por eso a veces me preocupa despertar, o no hacerlo y que todo sea real. Y por eso a veces pienso si no será todo una ilusión, de mí que siempre me voy a lo peor, y a veces se cumple, pero nunca admitiré haber pensado en ello hasta entonces. Y puede que ni aún así.