jueves, 28 de enero de 2010

Aynsssss...

¿Sabíais que tg(2α)= 2·tgα/1- tg2α y que ?

Pues ale... yo llevo toda la tarde intentando no olvidarlo...

viernes, 22 de enero de 2010

El primer contacto con un nuevo mundo

Antes de empezar: me quedé bajando de un autobús, ¿recodáis? A partir de ahora será todo diferente, todos los ocupantes del vehículo nos hemos convertido en forasteros, y como tales vamos a tener que sobrevivir... Lo que quiero decir es que para ser fiel (juaaaas) a la historia, voy a contárosla en versión original, por supuesto, traduciré, eso sí, no voy a hacer traducciones literales, así que, al que no le gusten... que se compre un diccionario(=P). Otro de los puntos importantes son los pensamientos, esas ideas fugaces que nunca terminé de expresar hablando por diferentes motivos, pero que de vez en cuando serán esenciales en la historia, las pondré en este mismo azul.
Y bien, habéis captado el mensaje?? Bueno, pues sigo =D.


Cuando salimos el aire era fresco, hacía poco que había dejado de llover, todavía chispeaba. Nada más bajar encontré a mi intercambiada, o ella me encontró a mí, quién sabe.
- Je vais chercher ma valise. (Voy a buscar mi maleta) - le dije señalando hacia el compartimento donde se agrupaban ya muchos de mis compañeros. Volví al instante y entonces sí, la abracé, saludé en condiciones y le hice las preguntas de rigor, era una suerte, pensé entonces, que ella hubiese venido antes a casa.
- Vamos, ma mère es allí, me dijo indicándome el camino hacia una mujer rubia que de no haberme fijado nunca habría distinguido de las estudiantes (como ya dije, había poca luz, además la mujer no era muy alta, y no se conservaba eternamente joven, pero casi, ya os contaré más adelante).
La "mère" me saludó con un 'hola' que más tarde confesó haber ensayado. Se hicieron las presentaciones, los dos besos y el típico 'ça va?' (¿qué tal?/¿todo bien?) que en muchas ocasiones ni siquiera espera respuesta.
Entonces, cuanto yo ni siquiera me había planteado que en algún momento tendríamos que salir de allí, la mère me sorprendió con un 'on y va?' (¿Vamos?), mi intercambiada me miró esperando mi asentimiento, pero antes de que pudiera decir nada, noté un tirón en el brazo.
- Nuria, que no encuentro a Myriam, ¿la has visto? - Sí, Myriam era la intercambiada de Vivis, tras negarle con la cabeza, me giré hacia la mía propia.
- Manon, tu as vu... (¿has visto...). Pero no pude terminar, apareció la esperada, se abrazó con mi amiga y nos despedimos todos hasta el día siguiente.
Salimos de allí, pero el día no terminaba ahí, comprendí porqué la mère tenía tanta prisa enseguida, un Landcruiser negro esperaba aparcado en doble fila. Cuando cargamos la maleta y nos pusimos en marcha dijo frotándose las manos:
- Tu as froid? ça va? (¿tienes frío?¿va bien? lo sé, la traducción suena un pelín estúpida, pero pilláis el concepto)
- Oui, ça va...À Teruel, il a neigé ces jours (Si, todo bien... En Teruel ha nevado estos días)
Esas fueron mis primeras palabras en francés, dejando a un lado saludos y cortesías.
La mère contestó con un 'Ah, elle parle français!!' como si eso fuera algo que no esperase, decidí no pensar en ello y concentrarme en seguir respondiendo preguntas sobre el viaje.

La casa era algo así como una unifamiliar con un trocito de jardín, nada más abrir la puerta, un perro pequeño (pero lo suficientemente grande para no ser perro-patada) salió a recibirnos. Entrando un poco más, la cocina concretamente, apareció otro especimen "¡Ese no puede ser el padre!", pensé. Ante mí estaba un tipo grande (no solo alto, grande), que vestía unos vaqueros de estos de siempre, que no es que sean así, es que están desgastados, una camiseta cualquiera, y una cabeza a la quedaba poco para ser calva, pero que el poco pelo que tenía apuntaba en direcciones completamente variadas e inusuales. Y sí, mis impresiones se confirmaron, era el père. Lo mismo de siempre, saludos, dos besos...
El siguiente paso fue enseñarme la casa, tenía dos pisos, abajo cocina, salón, baño y comedor, y arriba, las habitaciones, el baño y el toilette (leerlo toilete, tal como está escrito, queda más gracioso :P) y por último, al fondo, mi habitación. Se veía de lejos que ese cuarto no era utilizado habitualmente, las paredes estaban recubiertas de un papel azul con un estampado blanco, un armario a la derecha, y la que iba a ser mi cama, junto con unas estanterías a mi izquierda.
Después de volver a bajar por aquella escalera de madera que delataba al más sigiloso y rechazar un par de veces la cena para terminar comiéndome un plato de sopa, me preguntaron que quería hacer, quién iba a pensar, que gente que cena a las 7:30, no se habría acostado a las 11:30 de un día normal.
- Aller dormir, peut être? (Ir a dormir, ¿puede ser?)
La mère me contestó que sí, y tras desear a todos buenas noches très poliment, subí a mi habitación dispuesta a dormir, no sin antes reparar en un extraño compañero que se situaba al borde de mi cama...

miércoles, 20 de enero de 2010

Personajes curiosos (edicion ¿deluxe?)

No, hoy no sigo con mi viaje, y no, tampoco voy a volver a hablaros de profesores. Esta entrada va para todos esos tíos que se creen más duros que una fábrica de Trangos, especialmente a aquellos que no lo son ni de lejos y aun así lo siguen intentando. Sí, porque son los creadores de momentos impagables como el que os quiero contar.
Hace unos... no sé, tres o cuatro años, cuando aún tenía clase de música obligatoria, a mí clase venía un chico, digamos... peculiar. Y no es que fuera demasiado raro en realidad, yo siempre lo vi normalito, eso sí alto como un pino (sí, lo admito, lo de tonto como un pepino de vez en cuando también le sentaba bien =P). El chico, como decía era normal, nada destacable, quizá fue por eso, para ser diferente en algo, que el decía ser "heavy".
Vamos por partes, el tío siempre vestía de negro, no lo niego, y sin llegar a una melenaza, tenía el pelo más largo que la media (la media de los demás, no la media y el calcetín, a Pamplona hemos de ir...), incluso puedo asumir que llevara rock, hasta metal, en el mp3; pero no sé, yo nunca me lo creí como tal...
Como decía, la clase de música era obligatoria, y nuestro profesor era... digamos... manipulable... Bueno, que era algo así como no hacer nada durante 40 minutos y tocar la flauta 10.
En fin, que en uno de estos ratos en que el pobre hombre consiguió que se le oyera entre la multitud, intentó dar algo de historia de la música, no recuerdo qué, sólo que nombró a los Beatles, y con ellos 'Let it be'.
Para entonces la clase se había vuelto a desmadrar, y alguien que estaba en la fila de detrás le preguntó a aquel individuo alto, rubio y heavy (según él mismo afirmaba) que se sentaba a mi lado: -Que, los Beatles, ¿esos los escucharás tu no?
Nuestro tipo duro contestó que por supuesto. Ahí la cosa empezó a darme miedito (xD), pero aun faltaba lo mejor, tras una nueva pregunta del de atrás, algo como que si conocía la canción esa que decía el profesor, volvío a contestar que claro que sí. Cual fue mi sorpresa, cuando al pedirle que tarareara 'Let it be', él empezo a agitar la cabeza en plan heavy-metal-mega-malote y a cantar con una voz rasgada y de ultratumba let it be, let it be (porque de ahí no salía), vamos, para verlo, le faltaba la percusión. La gente de detrás no se imutó, volvieron a sus conversaciones anteriores, pero yo no pude evitarlo, y empecé a reír, era tan... como diría Alma, criaturica de LOL, entonces sí, mientras yo me recuperaba, el profesor había conseguido abrirse camino hacia el estereo y empezó a sonar una canción ¿Adivináis cual?


jueves, 14 de enero de 2010

Unas catorce horas de viaje... (parte II)

Por fin arrancó el autobús, a los casi cuarenta alumnos se nos unían cuatro profesores, dos de cada instituto (aclarar que ni la compañera ni yo conocíamos mas que de vista a las del nuestro) y por supuesto, los dos conductores.
Del principio del viaje no recuerdo nada en especial, supongo que todo fue normal, hablando, haciendo fotos, o incluso dibujando. En algún momento paramos, supongo que a almorzar, sólo recuerdo el nombre del bar "El Pistolo"
Volvimos al bus y otra vez lo mismo, risas, conversaciones de todo y de nada, incluso puede que alguna partida de cartas. Llegamos a Irún sobre mediodía, paramos en un ¿hotel?¿bar? no lo sé, fuera había una gran explanada donde aparcaban tanto camiones como autobuses, y de uno de estos empezó a salir gente. "¡Menuda maravilla!" diréis, pero no era gente corriente, en su mayoría hombres, altos y grandes, todos con la misma camiseta azul, entre ellos destacaba una chica castaña, más bien bajita y delgada y que vestía diferente al resto.
Cuando la compañera y yo salimos del bar tras un infructuoso intento de las profesoras de aclarar quién era Virginia y quién Nuria (y no es que nos parezcamos físicamente, cualquiera lo confirmará), descubrimos que la chica pequeñita era la única que hablaba un castellano decente, fijándonos un poquito más, pudimos ver el S04 de sus camisetas, pero si había una prueba clara de que aquellos tipos eran alemanes, esas eran las salchichas. Unos instantes después se agruparon todos y comenzaron a cantar, ¿Qué? Ni la más remota idea.

Permanecimos allí un poco más, saqueando el jamón, chorizo y demás que llevaban las profesoras, para por fin, volver al autobús. Continuamos con nuestro viaje, buscando nuevas e inexploradas emisoras de radio, pasando la frontera, comiendo pastelitos de queso (cortesía de los profesores) y kitkats, regalices y cosas varias (cortesía propia)
Volvimos a parar cuando estaba anocheciendo, no diré que paramos en la nada, porque había un edificio. Lo que en teoría eran unos baños, resultaron no tener vater, sino una especie de ducha con agujero en el suelo. No tardamos mucho en salir de allí, y ponernos otra vez en marcha.

Serían las 9 cuando por fin llegamos a la ciudad, era noche cerrada, por supuesto, pero todos intentábamos ver más allá de lo que las farolas nos mostraban, después de recorrer una calle que empezaba a hacerse eterna, el conductor giró a la derecha, metiéndose en una especie de callejón (resultó ser el aparcamiento del lycée, pero en principio daba mal rollo). Entonces vimos un montón de gente esperando y se escuchó un murmullo general "Es aquí". En cuanto se apagaron los motores, todos fuimos directos a la puerta, por fin, tras casi catorce horas de viaje, habíamos llegado.

jueves, 7 de enero de 2010

Unas catorce horas de viaje... (parte I)

El autobús salía a las 7:30, la maleta estaba hecha, llevaba los regalos, toda la ropa, bocadillos y demás provisiones, el horario y un cosquilleo juguetón en el estómago que me impedía estarme quieta.
Por fin, salimos de casa, bajando las escaleras todo lo silenciosamente posible con una maleta a cuestas y cuando por fín cruzamos el portal... "¡¡Joder, que frío!!" y eso que era marzo... Cargamos todo en el maletero y montamos en el coche (siempre añoraré ese coche), no nos costó ni 5 minutos llegar al lugar donde nos recogería el autobús, pero esperamos algo más, aunque yo me moría de ganas de salir, las autoridades supremas sostenían que fuera hacía demasiado frío para estar esperando así porque sí.

Cuando se cansaron de verme pegar botes en el asiento de atrás, decidieron que era hora de salir, y allá que fui, buscando a la que iba a ser mi compañera en aquella aventura. La encontré enseguida, es importante que os quedéis con su cara, sale mucho en esta historia ;) Y como siempre, mi pequeña amiga estaba dándole vueltas a algo.
- Oye, ¿cómo es tu maleta de grande?- me preguntó
- Pues no sé, normal, pero está en el coche ¿por?
- Es que las de todas las demás son así pequeñas y mira la mía.
Miré hacia abajo, una maleta azul, grande sí, pero no demasiado, descansaba a su espalda; la verdad es que la mía era más pequeña, busqué a mi alrededor y entonces ví a una de las chicas de la otra clase bajando de su coche, llevaba una maleta exactamente igual que suya pero en rosa...

Seguimos esperando, hablando todos en corro, de todo y de nada, entonces llegó otra chica arrastrando una maleta.
- Ays, ya pensaba que llegaba tarde. Es que esta mañana, ¡¡me he levantado con unos pelos de leona!!
Me fijé en ella un momento, "¿de leona?" pensé, tenía un pelo liso perfecto, miré el tirabuzón que caía sobre mi hombro y no pude evitarlo, se me escapó esa sonrisilla tan mía.

En algún momento que no recuerdo con exactitud llegó el autobús, en cuanto metimos la maleta y contestamos que sí a todos los 'ten cuidado', 'pórtate bien', 'llámanos cuando llegues', etc que las madres no pueden evitar decir, repartimos besos y abrazos y subimos a aquel cacharro, a la espera de que el conductor terminase por fin de fumar y decidiese llevarnos...

lunes, 4 de enero de 2010

Otro comienzo...

Y no me refiero al de 2010 (noooo, al de 2011 tampoco =P).
El caso es que iba a escribir sobre el año nuevo, las noticias más destacadas del 1 de enero, me encantó una sobre rusos, pobres, nadie entiende el frío que tienen que aguantar...
Pero de todas maneras, como ya es tarde para hablar de esas noticias, voy a proponerme otra cosa, un nuevo comienzo, una nueva serie, esperando que esta tenga más éxito que otras que algún día pienso retomar (o eso quiero creer...).
Os pondría que es próximamente, pero luego aparece gente reclamándome dos euros y...
en fin, que os quiero =P