jueves, 7 de enero de 2010

Unas catorce horas de viaje... (parte I)

El autobús salía a las 7:30, la maleta estaba hecha, llevaba los regalos, toda la ropa, bocadillos y demás provisiones, el horario y un cosquilleo juguetón en el estómago que me impedía estarme quieta.
Por fin, salimos de casa, bajando las escaleras todo lo silenciosamente posible con una maleta a cuestas y cuando por fín cruzamos el portal... "¡¡Joder, que frío!!" y eso que era marzo... Cargamos todo en el maletero y montamos en el coche (siempre añoraré ese coche), no nos costó ni 5 minutos llegar al lugar donde nos recogería el autobús, pero esperamos algo más, aunque yo me moría de ganas de salir, las autoridades supremas sostenían que fuera hacía demasiado frío para estar esperando así porque sí.

Cuando se cansaron de verme pegar botes en el asiento de atrás, decidieron que era hora de salir, y allá que fui, buscando a la que iba a ser mi compañera en aquella aventura. La encontré enseguida, es importante que os quedéis con su cara, sale mucho en esta historia ;) Y como siempre, mi pequeña amiga estaba dándole vueltas a algo.
- Oye, ¿cómo es tu maleta de grande?- me preguntó
- Pues no sé, normal, pero está en el coche ¿por?
- Es que las de todas las demás son así pequeñas y mira la mía.
Miré hacia abajo, una maleta azul, grande sí, pero no demasiado, descansaba a su espalda; la verdad es que la mía era más pequeña, busqué a mi alrededor y entonces ví a una de las chicas de la otra clase bajando de su coche, llevaba una maleta exactamente igual que suya pero en rosa...

Seguimos esperando, hablando todos en corro, de todo y de nada, entonces llegó otra chica arrastrando una maleta.
- Ays, ya pensaba que llegaba tarde. Es que esta mañana, ¡¡me he levantado con unos pelos de leona!!
Me fijé en ella un momento, "¿de leona?" pensé, tenía un pelo liso perfecto, miré el tirabuzón que caía sobre mi hombro y no pude evitarlo, se me escapó esa sonrisilla tan mía.

En algún momento que no recuerdo con exactitud llegó el autobús, en cuanto metimos la maleta y contestamos que sí a todos los 'ten cuidado', 'pórtate bien', 'llámanos cuando llegues', etc que las madres no pueden evitar decir, repartimos besos y abrazos y subimos a aquel cacharro, a la espera de que el conductor terminase por fin de fumar y decidiese llevarnos...

2 comentarios:

:) dijo...

nu..!ya estoy impacientepor ver la segunda parte..y eso es bueno para una escritora, que sus lectores quieran seguir leyendo :)
que sepas que si escribieras un libro en plan memorias de un intercambio :) lo compraria (planteatelo)..pequeña escritora! :)
llegaras lejos escribiendo,lo sabes verdad?

...la chica de la maleta :)

alma dijo...

fuiste a Finlandia tu misma a buscar mis dos euros?

Te adoro Kel
:)