lunes, 2 de mayo de 2011

La gran oportunidad

Recuerdo la primera vez que entré a la biblioteca. En aquel momento, ni siquiera era la Biblioteca: el edificio estaba en obras y la habían trasladado a otro más pequeño, en el que a duras penas cabían todos los libros. Recuerdo que mis padres buscaban algo entre una especie de mesas-caja que había por toda una gran sala y la luz anaranjada que salía de las grandes arañas del techo. Una habitación poco adecuada para dos niños, por lo que mi madre nos llevó hasta la sala infantil "Si no tienen carnet se pueden quedar, pero no mucho rato" nos dijeron, y elegimos un libro "y luego lo tenéis que devolver al sitio de dónde lo habéis cogido" nos dijo mi madre, y yo memoricé con exactitud los dos libros que rodeaban al cómic de Mortadelo que tenía entre mis manos...
Pero recuerdo mucho mejor el día en el que saliendo de comprar, mi madre nos dijo que íbamos a hacernos el carnet de socios, y que podríamos sacar libros, para leerlos y después devolverlos "pero tenéis que cuidarlos mucho", y yo me imaginaba todas aquellas estanterías repletas a mi disposición, una oportunidad extraordinaria, y entonces me dí cuenta "claro, pero habrá que pagar, ¿no?". La pregunta era obvia para la mente de mi yo de 7 años, no podía ser tan increíblemente bueno, nadie podía regalar el acceso a todos aquellos maravillosos libros, pero sí lo era, gratis, todo era gratis, menos si perdías el carnet, entonces tenías que pagar 500 pesetas, o sí perdías o estropeabas el libro, entonces tenías que comprar otro igual...Aquel fue el comienzo de algo grande para mí.
Ahora que la biblioteca ya está en la Biblioteca, sigo yendo, quizá no tanto como me gustaría, a disfrutar de ese gran chollo que se me descubrió siendo niña. Y si me pongo a pensarlo, no encuentro grandes diferencias entre aquellas maravillosas estanterías que me ofrecen la posibilidad de elegir una historia que disfrutar gratuitamente en mi rinconcito del sofá y la inmensa biblioteca que me ofrecen grooveshark, o emule, o pelisyonkis; bueno, sí, quizá encuentro una, y bien grande: que mientras las bibliotecas son el orgullo de todos y las subvenciona el estado, la distribución en internet es de piratas, gente sin escrúpulos que "roba", y casi siempre, ilegal.

4 comentarios:

SubHatun dijo...

En este mundo tan mercantilista, las mejores cosas siempre fueron gratis.

Libros, pasesos por el bosque, reir, soñar, conversar, bañarse en el mar, mirar las estrellas...

Disfruta de la vida, es gratis

Kelna dijo...

Blogue, justo hace poquitos días leí (no sé dónde), algo así, que los seres humanos nos habíamos vuelto definitivamente locos cuando aceptamos pagar por el agua.

alma dijo...

El que roba a un ladrón...y ya decía Groucho que hay cosas en la vida más importantes que el dinero , pero cuestan tanto...

:P

Besos. Muchos.

Kelna dijo...

Yo no quiero 100 años de perdón, Alma, yo quiero que mi sistema perfecto en el que las cosas que están "mal" no se hagan porque realmente estén mal y sea un acuerdo lógico entre personas, pero mientras, seguiré soñando...


Toma ya! xD