"Ya habéis descansado un rato la mano" Esa era siempre la última frase antes de volver a coger el boli y seguir dictando, la frase que venía después de una de todas aquellas historias y aventuras que nos contaba.
"Cuando toque el timbre te quedas y me lo preguntas" Eso sólo se lo oí una vez, después de que alguien le preguntara qué era eso de 'la edad de la chaqueta'. Pero ella siempre nos lo contaba todo, todo lo que ella quería, por supuesto, siempre tuvo un gran control sobre eso. En cualquier momento te sorprendía con una anécdota, eso sí, nunca podías estar del todo seguro de que fuera real. Además, tenía esa capacidad de controlar una clase, aun siendo una mujer frágil (nunca de espíritu); los inventos geniales con el fin de superar cualquier barrera, esa manera de vestir tan suya, y esos exámenes tan... en el fondo siempre fue una puñetera.
"Bah, esa mola, se lía ahí a contarte batallitas" eso fue lo primero que yo escuché acerca de esa mujer, las sabias palabras de mi hermano. Y tenía razón, aquellas batallitas iban desde la primera vez que fue a comprarse un sujetador "una tienda de las de antes, con suelo de madera que crujía y sin ventanas, y unos sujetadores horrorosos, en aquellos tiempos", a cómo en su etapa en el extranjero no logró quitarse de encima a un hombre hasta que se compró un anillo 'de compromiso', "Al día siguiente, que fui con el anillo, él me preguntó, yo le dije que ya hacía tiempo que lo llevaba, pero que muchas veces, al lavarme las manos lo olvidaba en el lavabo" pasando por cosas más recientes, y alguna que otra historia que pertenecía a otra persona.
Apenas la veo ahora, eso sí, la recuerdo como una persona valiente, que supo aceptar todo lo que la vida le trajo, que daba unas clases raras como ningunas, y que llevaba medias de rayas que nadie más se hubiese atrevido a poner. Pero sobretodo la recuerdo con cariño, sé que anda por estos mundos, y espero que si algún día llegase a leer esto, le guste.
"Cuando toque el timbre te quedas y me lo preguntas" Eso sólo se lo oí una vez, después de que alguien le preguntara qué era eso de 'la edad de la chaqueta'. Pero ella siempre nos lo contaba todo, todo lo que ella quería, por supuesto, siempre tuvo un gran control sobre eso. En cualquier momento te sorprendía con una anécdota, eso sí, nunca podías estar del todo seguro de que fuera real. Además, tenía esa capacidad de controlar una clase, aun siendo una mujer frágil (nunca de espíritu); los inventos geniales con el fin de superar cualquier barrera, esa manera de vestir tan suya, y esos exámenes tan... en el fondo siempre fue una puñetera.
"Bah, esa mola, se lía ahí a contarte batallitas" eso fue lo primero que yo escuché acerca de esa mujer, las sabias palabras de mi hermano. Y tenía razón, aquellas batallitas iban desde la primera vez que fue a comprarse un sujetador "una tienda de las de antes, con suelo de madera que crujía y sin ventanas, y unos sujetadores horrorosos, en aquellos tiempos", a cómo en su etapa en el extranjero no logró quitarse de encima a un hombre hasta que se compró un anillo 'de compromiso', "Al día siguiente, que fui con el anillo, él me preguntó, yo le dije que ya hacía tiempo que lo llevaba, pero que muchas veces, al lavarme las manos lo olvidaba en el lavabo" pasando por cosas más recientes, y alguna que otra historia que pertenecía a otra persona.
Apenas la veo ahora, eso sí, la recuerdo como una persona valiente, que supo aceptar todo lo que la vida le trajo, que daba unas clases raras como ningunas, y que llevaba medias de rayas que nadie más se hubiese atrevido a poner. Pero sobretodo la recuerdo con cariño, sé que anda por estos mundos, y espero que si algún día llegase a leer esto, le guste.