Se fue, pero siempre estará aquí. Al principio pensé que era un ogro, siempre echando la bronca por los pasillos, borde, y encima duro en clase, el típico profesor cabrón. Ahora duele recordar estos calificativos, nada más equivocado, todo era una fachada, supongo que para imponer respeto, pero al fin y al cabo fachada, que se desmontaba tras dos clases dejando ver la gran persona que era.
Dejaba ver a ese hombre bueno, luchador y tranquilo, que además disfrutaba enseñando, que cada día se esforzaba para que entendiesemos algo y que calificaba en función de lo que aprendíamos; dejaba ver también al profesor que paraba la clase para contarnos cómo era la vida cuando era niño, o para hacernos pensar en cosas a las que normalmente no damos la importancia que merecen.
Es asombroso ver la tristeza que causa, aunque en los últimos dos años apenas haya hablado con él, tan sólo sludos y un par de frases. Pero hay cosas que no se olvidan: el apoyo que nos dió en aquel día gris que lloramos a un compañero, la alegría cuando después de dos meses con el sustituto volvió a darnos clase, el entusiasmo con el que recitaba su papel de la obra de Medievales o lo feliz que se comía aquel potaje en la tele...
Siempre fue realista con sus situación, por lo menos delnte de los alumnos, y a veces lo veíamos llegar destrozado con su bolsita de medicación, pero creo que nunca creímos del todo que se fuera a morir, ni siquiera cundo este año nos dijo "si todavía no me he muerto, me gustaría ir al viaje con vosotros" nunca pensamos que se iría antes.
Dicen que siempre se van los mejores; no estoy de acuerdo, la diferencia es que sentímos más la pérdida cuando quién se va es de los buenos. Hace años que me niego a creer en el cielo, pensando que no hay nada tras la muerte, pero no puede ser así, él no puede haber desaparecido sin más, tiene que estar en algún lugar, viendo como aquí todos lo echamos de menos.
A Ernesto, siempre en el corazón.
Dejaba ver a ese hombre bueno, luchador y tranquilo, que además disfrutaba enseñando, que cada día se esforzaba para que entendiesemos algo y que calificaba en función de lo que aprendíamos; dejaba ver también al profesor que paraba la clase para contarnos cómo era la vida cuando era niño, o para hacernos pensar en cosas a las que normalmente no damos la importancia que merecen.
Es asombroso ver la tristeza que causa, aunque en los últimos dos años apenas haya hablado con él, tan sólo sludos y un par de frases. Pero hay cosas que no se olvidan: el apoyo que nos dió en aquel día gris que lloramos a un compañero, la alegría cuando después de dos meses con el sustituto volvió a darnos clase, el entusiasmo con el que recitaba su papel de la obra de Medievales o lo feliz que se comía aquel potaje en la tele...
Siempre fue realista con sus situación, por lo menos delnte de los alumnos, y a veces lo veíamos llegar destrozado con su bolsita de medicación, pero creo que nunca creímos del todo que se fuera a morir, ni siquiera cundo este año nos dijo "si todavía no me he muerto, me gustaría ir al viaje con vosotros" nunca pensamos que se iría antes.
Dicen que siempre se van los mejores; no estoy de acuerdo, la diferencia es que sentímos más la pérdida cuando quién se va es de los buenos. Hace años que me niego a creer en el cielo, pensando que no hay nada tras la muerte, pero no puede ser así, él no puede haber desaparecido sin más, tiene que estar en algún lugar, viendo como aquí todos lo echamos de menos.
A Ernesto, siempre en el corazón.
5 comentarios:
Coincido, kelna, no se van sólo los mejores. Nos vamos todos.
Pero no queda todo en el mero hecho de partir. Porque a los que nos toca irnos más tarde nos queda el recuerdo. Y ese recuerdo puede hacernos más o menos sabios.
Donde se van? los que merecen la pena siempre viven en nosotros, lo otros se pierden en el olvido....
como bien dice Carlos, nos vamos todos, pero solo los mejores pervivien en el recuerdo, en lo que somos, en lo que nos influyeron
Ernesto vivira en todos vosotros, los que aprendisteis de él, no solo la asignatura que fuera, sino su ejemplo de trabajo honesto, de evaluar justamente...
besos Kelna
Kelna, suscribo todo lo que te han dicho Carlos y Blogue y aún más, ¿no ves que ya vive en todas las cosas bonitas que has escrito sobre él? Seguro que si pudiese leer esta entrada, estaría super orgulloso de que, al menos, una persona a la que dio clase sienta su pérdida de esa forma y haya apreciado su trabajo tal y como has hecho tú. Desde donde esté, se habrá emocionado al leerte, yo lo he hecho.
Un besazo y una sonrisa. :)
la primera vez que entre a tu blog,me impresiono nunu...pero acia barsatnte que no entraba..y oy e encontrado u pequeño pepeliito,en el que apuntaste l direccion,hace....siglos?...
decirte,que me eres genial,que me ha emocionado tu entrada para hernesto,y que cuando lea esto,desde alguna parte ,donde este,pienso que el tambien se emocionara....y te dara las gracias.
es genial.
:) vir
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