domingo, 30 de enero de 2011

Una pareja, un consejo repe, y una cabalgata que no llegué a ver

"Anda, mira quién está ahí" y frena en seco. Yo, con el enorme paquete bajo el brazo, y unos precisos reflejos, tengo el tiempo justo de parar y empezar a retroceder antes de chocar con él. Dirige miradas alternas al interior del bar y a su reloj, luego me mira a mí y dice "Anda, vamos a entrar un momento".
Dentro, la camarera que descansaba apoyada en la barra, se incorpora al vernos entrar; sólo hay dos personas más, una pareja en la mesa del fondo. Ella está de espaldas, lo único que puedo ver es una blusa fucsia y un pelo medianamente corto, rizado y de un color rojizo. Él, alto, delgado, vestido con camisa y vaqueros, con el pelo más gris que negro y unas discretas gafas, se da cuenta de nosotros y saluda.
Después de volverse y vernos ella también, saluda y en un pestañeo acerca dos sillas a su mesa e insiste en que nos sentemos allí.
Empiezan a hablar los tres, y yo empiezo a entender de qué se conocen, llego también a la conclusión de que al menos ella se dedica a vender pisos. Poco a poco voy conociendo otros datos, tienen al menos un hijo, universitario en Valencia, no, espera, el hijo es de ella, ¿separada?, echo un vistazo a sus manos, no lleva anillo, sigo escuchando. Él también tiene hijas, dos, pero más pequeñas. La conversación deriva hacia los estudios, yo, que hasta entonces me había limitado a asentir de vez en cuando, contestar con monosílabos y sonreír (sonreíd y saludad, chicos, sonreíiid y saludaaaad), recibo una pregunta directa sobre mi futuro, contesto, y la conversación se centra en mí, en qué estoy haciendo, en qué haré, dónde, y cosas por el estilo. "Pero tú, lo que te digo, ... ¿cómo te llamas?" Contesto. "Pues lo que te digo, Nuria, tú haz lo que quieras, pero hazlo, esfuérzate ¿eh? y no lo dejes. Que estos que dicen yo no estudio, pero tampoco se meten a trabajar, luego no consiguen nada, tú estudia tu carrera, y hazte a la idea de que terminarás de estudiar y empezarás a trabajar cobrando mil euros y llevando cafés, pero tú ahí, que nadie te lo va a dar hecho, que a mí me hacen gracia las que dicen 'ay, es que yo no se fregar', pues si hay que fregar se frega, y nadie ha perdido nada por coger un trapo y limpiar. Tú trabaja, y esfuerzo, y ganas, y además luego, estarás trabajando, y hazte a la idea, que volverás de trabajar y tendrás tu casa por limpiar y lavar la ropa, y planchar... Así que haz lo que quieras, pero ahí ¿eh? Trabaja. Y no te vuelvas atrás. Tú estudia, que luego es lo único que os dejamos los padres. La educación, lo demás nada. ¿Un ladrillo?¿Qué apego le voy a tener yo a un ladrillo? Lo que cuenta es lo otro, así que tú estudia. Hazme caso ¿eh?" Suena un teléfono, algún impaciente que nos reclama, pero antes de irnos vuelvo a escuchar el discurso, si no entero, las tres cuartas partes.

3 comentarios:

Kelna dijo...

Esto creo que responde a tu "¿? Kel?" de la entrada anterior, Alma. Empecé a escribirlo por aquel entonces, y por algún extraño motivo le dí sin querer a "publicar" en vez de a "guardar" ;)

alma dijo...

No responde :D
Pero tú estudia, eh?


Besoooooooooooooooos

SubHatun dijo...

Recuerdo cuando aun andaba por la calle con mi madre, y ella se parabaen la calle con gente conocida, esto es cuatro o cinco cada 10 metros de recorrido, y como yo me separaba rápidamente para no tener que participar en esas conversaciones, y como luego mi madre me echaba la bronca por maleducado.... cuan dulce es ser maleducado